PÉRDIDA REPENTINA DE VISIÓN.

 por Dr. Mauricio Lopez.

NADIE ESTÁ LIBRE

¿Se imagina despertarse en la mañana y darse cuenta que no ve por un ojo? Ver es un acto tan natural y casi automático que tendemos a no valorar el milagro que esto significa. Aproximadamente cinco a diez por cada diez mil personas al año sufren una pérdida repentina e indolora de visión de un ojo. Este infortunio podría deberse a un desprendimiento de retina, una hemorragia vítrea, una obstrucción de una arteria o trombosis de una vena de la retina.

– ¿Qué tipo de pacientes son los más expuestos?

“En teoría cualquiera, pero por ejemplo el desprendimiento de retina se da más frecuentemente en pacientes de la tercera edad, miopes, o con antecedentes de un trauma ocular previo. En el caso de una obstrucción de la arteria central o de rama de la retina es más frecuente en hombres, mayores de 60 años, con hipertensión arterial, colesterol alto y/o con Diabetes o alguna patología del corazón o las arterias carótidas. En las trombosis venosas es más frecuente en pacientes mayores de 50 años, hipertensos o diabéticos. La hemorragia vítrea se puede dar en pacientes diabéticos, aquellos que hayan tenido una trombosis venosa de la retina previamente, antecedente de trauma ocular o que tengan una lesión en la retina por un desprendimiento vítreo posterior, explica el oftalmólogo de Clínica Pasteur, Mauricio López.

Algunos de los síntomas que podrían anticipar una pérdida brusca de visión es que el paciente vea puntos o moscas flotando (entopsias) o destellos luminosos (fotopsias), o una mancha o una cortina que le obstruye la visión. En ocasiones no hay síntomas previos y la persona se percata repentinamente que no ve por un ojo. Por esto es importante el examen oftalmológico periódico para prevenir y pesquisar en forma oportuna estas patologías. Sobre todo en los pacientes con los factores de riesgo antes mencionados.

– ¿Siempre se trata de pérdidas de visión transitorias o puede darse una pérdida permanente?

“Un tipo de obstrucción arterial, que es la Amaurosis fugax, da una pérdida transitoria de la visión, con recuperación total de ella al cabo de máximo 30 minutos. Esto es un aviso de que el siguiente episodio podría ser una pérdida de visión permanente. El resto de patologías, si es que comprometen toda la retina y no se tratan oportunamente pueden terminar en pérdida de visión permanente del ojo comprometido”, comenta el doctor López.

Los controles periódicos con el oftalmólogo son imprescindibles, ya que por ejemplo, generalmente antes de un desprendimiento de retina, se producen lesiones que son factibles de tratar y al tratarlas se disminuye el riesgo que se produzca el desprendimiento retinal.

Aquellos pacientes que tengan algunos de los síntomas comentados previamente, es recomendable que los vea un oftalmólogo. También los pacientes que sufran de una trombosis venosa o una obstrucción arterial es muy necesario que se evalúen, además de su oftalmólogo, por un médico internista o cardiólogo para tratar la probable causa o factores predisponentes y así aminorar los riesgos de que la trombosis u obstrucción ocurran en otros órganos del cuerpo, tales como el corazón o cerebro.