DESPRENDIMIENTO DE RETINA, PONGA ATENCIÓN A LOS SÍNTOMAS.

 por Dr. German González

Esta patología afecta a 1 por 10.000 personas al año.

Si el paciente no se trata, pierde la visión del área desprendida y el defecto avanza hasta comprometer la totalidad de la retina

Quienes han sufrido un desprendimiento de retina lo definen como si un telón negro cayera frente a sus ojos. Es así de repentino. Pero para llegar a ese punto hay que haber ignorado muchos de sus síntomas. Un control oportuno lo podría evitar. La única ocasión en que se presenta sin aviso es cuando se produce por un trauma ocular.

La retina es la capa interna del ojo donde se arman las imágenes que finalmente decodificamos en el cerebro. La miopía severa, los antecedentes familiares de desprendimiento retinal, los traumatismos severos del globo ocular o la cirugía de catarata (especialmente si se complica), predisponen a los desgarros retinales y estos a su vez, pueden ser la lesión causante de un desprendimiento retinal. Es decir, la retina se despega de la coroides quedando sin sustento las células visuales (conos y bastones) con la consiguiente pérdida de su función (ceguera en el área de proyección de la retina desprendida) .

Generalmente, los primeros síntomas son la visión de manchas negras que con frecuencia los pacientes refieren como “moscas volando” o de destellos de luz o flashes. Son estos signos los que dan cuenta de que algo está pasando y hay que acudir de inmediato al oftalmólogo.

Con frecuencia el examen de fondo efectuado por el especialista permitirá hacer el diagnóstico. En casos especiales exámenes como el ultrasonido ocular permiten confirmarlo.

“El grado de recuperación es bastante apropiado si el paciente se trata precozmente, por lo general antes de 48 horas y no más allá de 14 días, pues en estos casos la recuperación de la visión central es muy pobre”, explica el Dr. Germán González, cirujano oftalmólogo experto en retina de Clínica Pasteur..

Los tratamientos preventivos de los desgarros retinales son la crioterapia y la fotocoagulación con láser. Ambas técnicas buscan sellar las roturas por donde se filtra el humor acuoso, evitando así que se desprenda la retina.

CIRUGÍA

Una vez que el desprendimiento se ha producido, existen tres formas de tratarlo. La retinopexia neumática (cirugía con gas), la cirugía con exoimplantes o tradicional y la vitrectomía.

“Los Desprendimientos de Retina asociados al trauma ocular por lo general son de mucho peor pronóstico que los desprendimientos retinales convencionales, debido al alto porcentaje de lesiones asociadas provocas por el trauma y que afectan la visión”, detalla el Dr. González..

Sea cual sea la técnica utilizada para revertir un desprendimiento de retina, el cumplimiento de los cuidados postoperatorios impacta directamente en el resultado, por lo que hay que seguir al pie de la letra las indicaciones médicas. La recuperación visual esperable es proporcional al daño que existía previo a la cirugía.